Plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo. El objetivo estaba mas que claro, el mundo no se iba a olvidar de mi, después de todo que tan difícil podía ser¿?. Empecé a escribir el libro, se iba a llamar LA VIDA (por Juan Carlos garcia), pero vi que si bien había respirado lo suficiente como para considerar que había vivido, no había inhalado el perfume de una mujer en la mañana, no había suspirado extrañando ese mismo perfume.
Me decidí a plantar el árbol, puse la semilla la regué, creció, hasta que una tarde una pelota se estrello en su joven tronco. Intente, luego de varios episodios protagonizados por pelotas y maradonas sub 10, plantarlo en una zona alejada donde no haya peligros al asecho . Afortunadamente creció, pero nadie jamas iba a disfrutar de su sombra, mucho menos alguien recodaría que yo lo plante.
Era el momento de tener un hijo, mi ultima chance de dejar un legado. La vida esta llena de reveses, en algún punto entre que anote en el registro civil a mi hijo bajo el nombre Juan Carlos Garcia, lo mande al mismo colegio al que yo fui, decidí sobre sus amistades y sus no amistades, lo lleve a jugar al mismo club en el que yo jugaba y lo inscribí en la misma carrera que yo había estudiado; el se canso, se fue de casa y nuestra relación termino sin si quiera haberme preguntado sobre su felicidad, sin recordar su sonrisa.
Así llegue a los ochenta arrepintiéndome de no haber....... y recordando como si fuese ayer cuando trascender era lo que soñaba hacer, en vez de trascender como consecuencia del ayer.......
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